El museo Carnavalet

Cour d'honneur © Musée Carnavalet – Histoire de Paris
© Musée Carnavalet – Histoire de Paris

 

UN NUEVO MUSEO 

Una nueva vitrina arquitectónica 


En asociación con Snøhetta y la Agencia NC (Nathalie Crinière), Chatillon Architectes ha dirigido durante 4 años las obras de restauración del museo y renovación de la experiencia de la visita, para convertirlo en un lugar de visita obligada dentro de la oferta cultural parisina. 

La renovación del museo ha consistido, fundamentalmente, en restaurar sus fachadas, ventanales, patios y algunos suelos de parqué, así como en reconfigurar el itinerario de visita y adaptarlo al siglo XXI para ajustarlo a las normas vigentes, crear circuitos verticales y nuevos espacios. Todas estas obras han permitido poner en valor el monumento y redescubrir su arquitectura, al tiempo que se pretendía imprimir unos aires de modernidad con las grandes escaleras instaladas en el museo. 

Los nuevos espacios  

A lo largo del itinerario de visita, se han creado varios espacios: 
. Dos salas de introducción para presentar París, sus símbolos, sus datos clave y la historia de la creación del museo y de sus donantes. 
. En el subsuelo, surgen nuevas salas para exponer las colecciones que van desde la prehistoria hasta mediados del siglo XVI. 

Para mejorar el servicio ofrecido a los visitantes, se ha acondicionado un restaurante al jardín. 

La capacidad de acogida de los espacios dedicados a la organización de talleres para grupos escolares y adultos se ha cuadruplicado respecto a la actual.

En una segunda etapa, se creará un centro de recursos históricos, digitales y documentales. Su objetivo será poner en valor la exploración y el esfuerzo de colaboración en torno a la historia, la arqueología y la memoria de París.
Este espacio va a permitir ampliar el acceso a las 580.000 obras procedentes de las colecciones de varios departamentos: artes gráficas (dibujos, estampas, carteles), fotografías, objetos de historia y de memoria, gabinete de numismática, fondos de archivos patrimoniales, así como los expedientes de las obras de las colecciones del museo.


Obras restauradas 

Durante el cierre, se realizó una labor sin precedentes para restaurar los edificios y las obras con el objetivo de mejorar el estado de este patrimonio excepcional. De este modo, se procedió a la restauración de las 3.800 obras expuestas, los grandes decorados y las fachadas. Las operaciones (desde una simple limpieza a una restauración exhaustiva) fueron realizadas por los equipos de conservación y gestión, en colaboración con la dirección de las colecciones de Paris Musées dentro del marco de la comisión científica de la DRAC (dirección regional de asuntos culturales) de Ile-de-France.


La recepción del visitante, eje central del proyecto 


Los nuevos espacios de circulación se han ampliado y adaptado al edificio: la renovación sitúa a los visitantes en el corazón del proyecto, desde su recepción a su comodidad durante la visita, pasando por su acceso a los jardines.

El acondicionamiento de la zona de recepción, llevado a cabo por Snøhetta, se ha concebido para optimizar su uso. Las cajas y el guardarropa se han adaptado para mejorar la capacidad de acogida del museo y ofrecer la máxima comodidad al dar prioridad a una circulación fluida y agradable, respetuosa con el lugar y con los visitantes. 

Uno de los objetivos principales del proyecto de renovación es favorecer la accesibilidad de todas las personas, en especial, aquellas que padecen algún tipo de discapacidad. Así, se han creado circuitos adaptados con ascensores y se han instalado rampas. Dentro del marco del itinerario permanente, se ha desarrollado una iniciativa de accesibilidad universal a través de la elaboración de dispositivos de interacción atractivos y divertidos que favorezcan la diversidad de público.

Una interacción reforzada 


Un dispositivo de interacción adaptado a la diversidad de público acompaña las obras. Concebido en colaboración con todos los equipos científicos y culturales del museo, también ha precisado la intervención de un buen número de expertos de París: historiadores, geógrafos, especialistas en urbanismo, arqueólogos, sociólogos y economistas, especialistas en literatura. También se realizaron consultas a profesionales franceses y extranjeros y a visitantes. 

Traducido al inglés y al español durante todo el recorrido, propone siempre una contextualización con las referencias principales, todo tipo de posibilidades para profundizar en el tema. Además, un 10 % de las obras expuestas se han colocado a una altura adaptada al público infantil. 

Se han creado dispositivos digitales específicos (vídeos con entrevistas, extractos de archivos, películas de animación y juegos, proyecciones, espacios de escucha, audiodescripciones, mapas interactivos, aplicaciones y carteles digitales) para jalonar el recorrido y complementar los conocimientos sobre los capítulos más destacados de la historia de París. 
 

LA HISTORIA 


El Museo Carnavalet – Historia de París es el museo más antiguo de la ciudad de París. 
Abrió sus puertas al público el 25 de febrero de 1880 en el palacete Carnavalet, situado en el corazón de Le Marais, uno de los barrios de la capital francesa con un patrimonio arquitectónico especialmente bien conservado. 
Desde el año 1880, el museo ha sido objeto de importantes ampliaciones, como la construcción de nuevos edificios y la anexión del palacete Le Peletier de Saint-Fargeau en 1989. En la actualidad, la arquitectura del museo atesora una historia de más de 450 años. Desde hace más de 150 años, sus colecciones, ampliadas permanentemente, nos ofrecen un recorrido por la historia de París, desde la prehistoria hasta nuestros días.

450 años de evoluciones arquitectónicas: el museo ocupa dos palacetes privados, transformados y ampliados.

 
Ubicado en el n.º 23 de la Calle de Sévigné, el palacete de los Ligneris (llamado Carnavalet) es, junto al Cour Carrée (patio cuadrado) del Palacio del Louvre, uno de los escasos testimonios de la arquitectura renacentista en París. Construido a mediados del siglo XVI (1548-1560) por encargo de Jacques des Ligneris, presidente del Parlamento de París, se trata de uno de los palacetes privados de Le Marais más antiguos de París. 
El palacete fue vendido en el año 1578 a Françoise de la Baume, esposa del caballero Kernevenoy, conocido como «Monsieur de Carnavalet». Finalmente, este nombre alterado es el que se impondría. 
A partir de 1660, el famoso arquitecto François Mansart aumenta la altura del porche del palacete en la actual Calle de Sévigné para crear dos nuevas alas. La escritora Madame de Sévigné residiría en él entre 1677 y 1694. 
En el año 1866 y a propuesta del prefecto Haussmann, durante las Grandes Obras de París (1853-1870), las autoridades municipales de París compran el edificio para convertirlo en el Museo histórico de la capital francesa. 

De inmediato, se toma la decisión de ampliar el museo con una sucesión de galerías en dos plantas. Las fachadas que se abren a los jardines incorporan elementos de edificios parisinos demolidos: el arco de Nazaret fechado del siglo XVI, el pabellón de Les Drapiers del siglo XVII y el pabellón de Choiseul del siglo XVIII. Asimismo, varias esculturas abandonan su lugar de origen para incorporarse a los fondos del museo. Es el caso de la estatua del rey Luis XIV, obra de Antoine Coysevox, o el relieve de Enrique IV, obra de Lemaire, (instalados previamente en el ayuntamiento) y también la estatua de la Victoria de Louis-Simon Boizot (procedente de la Plaza de Châtelet). En el interior, el itinerario de visita incorpora techos pintados y paneles esculpidos, así como numerosos decorados de madera procedentes de interiores parisinos.

Situado en el n.º 29 de la Calle de Sévigné, el palacete Le Peletier de Saint-Fargeau fue construido entre 1688 y 1690, tomando como base los planos de Pierre Bullet (1639-1716), arquitecto del Rey y de la Ciudad, por encargo de Michel Le Peletier de Souzy (1640-1725). Su «Orangerie», pabellón acristalado situado en los jardines, es extraordinario. La edificación se anexionó al museo en 1989. Fue entonces cuando se procedió a la instalación de la joyería Fouquet de Alphonse Mucha, el salón del «Café de Paris» de Henri Sauvage y el salón de baile del palacete Wendel de José María Sert.

En octubre de 2016, el museo se cerró al público para iniciar unas importantes obras de renovación, dirigidas por el arquitecto responsable de Monumentos históricos, François Chatillon. El lugar posee un interés patrimonial principal que justificó su protección por parte del organismo encargado de la conservación de los Monumentos históricos desde 1846 y del Plan de protección y puesta en valor de Le Marais desde 1965. 

El Museo Carnavalet – Historia de París abre hoy sus puertas en este marco histórico excepcional, ahora a disposición de todos aquellos que lo deseen visitar.


Las fechas clave

 

  • 1548-1560: construcción del palacete privado por encargo de Jacques des Ligneris, presidente del Parlamento de París.
  • 1660: el famoso arquitecto François Mansart lleva a cabo la ampliación del palacete, mediante el aumento de la altura del porche de la fachada del edificio, en la actual Calle de Sévigné.
  • 1677-1696: Madame de Sévigné y su familia residen en el palacete.
  • 1688: Pierre Bullet, arquitecto del Rey y de la Ciudad, construye el palacete Le Peletier Saint-Fargeau.
  • 1866: la Ciudad de París compra el palacete Carnavalet.
  • 1880: el museo Carnavalet abre sus puertas al público.
  • 1989: el palacete Le Peletier Saint-Fargeau se anexiona al museo.
  • 2015: inicio del traslado de todas las colecciones.
  • 2016: cierre del museo y continuación del traslado de todas las colecciones.
  • Mediados de 2017: inicio de las obras de renovación.
  • Marzo de 2021: reapertura del museo.

Unas colecciones que se amplían permanentemente desde hace más de 150 años


La idea de un museo dedicado a la historia de París surge durante el Segundo Imperio (1852-1870), coincidiendo con la ampliación de la capital francesa. En 1866, a instancias del prefecto de París Haussmann, y quizás como instrumento compensatorio de la destrucción sufrida por la ciudad, las autoridades municipales adquieren el palacete Carnavalet para instalar el nuevo establecimiento destinado a documentar la historia de París, con una atención especial a la presentación de las colecciones.
Desde la creación del museo, se han reunido objetos auténticos, «que han sido propiedad» de algún personaje célebre y, por tanto, con una importante carga emocional, individual y colectiva.  De este modo, en los fondos del Museo Carnavalet podemos encontrar objetos tan variados como el neceser de campaña de Napoleón I, los recuerdos de la familia real, así como de muchos revolucionarios, el reloj de Zola, además del dormitorio y los objetos personales de Marcel Proust. 
Asimismo, dos proyectos pioneros dirigidos a documentar las grandes transformaciones de la ciudad de París estructuran los fondos del museo de forma duradera: por un lado, la supervisión de las excavaciones y las demoliciones ha aportado casi 10.000 piezas arqueológicas al museo y, por el otro, las colecciones se complementan con los encargos de pinturas o fotografías de calles y barrios.
El modo de adquisición principal son las donaciones. Desde su creación, decenas de miles de donantes han contribuido a la composición y la ampliación de las colecciones del museo, actualmente organizadas en 10 departamentos. Los primeros donantes (Jules Cousin, Théodore Vacquer y Alfred de Liesville) son incluso trabajadores del propio Museo Carnavalet. Cabe destacar algunas donaciones de valor excepcional: en 1896, Georges Clemenceau dona al museo una pintura que había pertenecido a su padre, la «Déclaration des droits de l’homme et du citoyen» (La Declaración de derechos del hombre y del ciudadano), atribuida a Jean-Jacques Le Barbier; por su parte, en 1902, la emperatriz Eugenia, viuda de Napoleón III, dona la cuna del príncipe imperial, obra de Victor Baltard. 

En la actualidad, el Museo Carnavalet – Historia de París reúne más de 618.000 obras, desde la prehistoria hasta nuestros días. Pinturas, esculturas, maquetas, enseñas, dibujos, grabados, carteles, medallas y monedas, objetos de historia y de memoria, fotografías, boiseries, decorados y piezas de mobiliario se complementan para dar forma a la historia y a los recuerdos de la capital francesa, con su carácter único. El ambiente del lugar favorece una visita enriquecedora en cuanto a experiencias y emociones.
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